Fue muy interesante y los alumnos consultaron muchas dudas sobre el tema.
Esperamos que les ayude a estar alerta en su futuro y no dejarse llevar por malas influencias.
Entre el azul del cielo
buscaba su consuelo.
Junto a la blanca arena
dejaba ella su pena.
Si se movía su pelo
color del caramelo,
sus lágrimas cesaban
y su alma se sanaba.
Mónica García Gómez, 6ºB
Estaba yo en un restaurante con mis abuelos y padres, no me acuerdo dónde ni cuándo. Pedí una fanta de limón. Y, como en muchos sitios, estas vienen con una rodaja de limón o de naranja, según la fanta que pidas.
Para entonces yo todavía no sabía lo que era un limón, porque tenía un añito. Me levanté con torpeza y me dirigí hacia la silla donde estaba mi abuelo.
Le pregunté con repugnancia señalando el limón. Él me cogió en brazos y me dijo que el limón estba muy rico. Cambié de expresión repentinamente y mi cara pasó de un gesto de repugnancia a uno de alegría y ansia por probarlo.
Entonces mi abuelo cogió el limón y mi madre la cámara de fotos. Hizo dos fotos; una con mi abuelo cogiéndome con una mano mientras con la otra sostenía el limón; en la otra foto estaba el limón mordido, mi abuelo riéndose y yo a punto de llorar.
El limón ardía, pero refrescaba la boca. Picaba debajo de la lengua. Estaba rico y a la vez estaba malo. Era un alimento extraño que ni me agradaba ni me agrada.
Sara Janssen Álvaro, 6º B
Era una noche fría y cerebrosa de luna llena.
Yo estaba acurrucado en mi cama cuando de pronto escuché un ruido. Rápidamente abrí los ojos y vi una gran sombra. Me levanté asustado y llamé a mis padres.
Ellos me dijeron que serían imaginaciones mías, pero yo estaba seguro de que era un fantasma.
Me metí en mi cama, cerré los ojos y me dormí.
Al día siguiente se lo conté a mis compañeros de clase; no me creyeron y se burlaron de mí.
Al salir del colegio volví rápidamente a mi casa y la recorrí mirando por todos los cuartos, pasillos, rincones...
No vi nada raro, pero estaba seguro de que algo me acechaba. Ese mismo día por la noche volví a inspeccionar la casa y lo volví a ver.
Salí despavorido hacia el cuarto de mis padres y les dije que lo había visto de nuevo. Ellos me regañaron y me ordenaron que no dijera más tonterías.
Entonces, desde ese mismo día, aunque lo seguía viendo ya no le tenía miedo, y en vez de echar a correr alcé la cabeza y seguí mi camino hacia adelante. Luego pensé: “¿Por qué sólo aparece en la oscuridad de la noche?”
Y me di cuenta de que se trataba del fantasma de la oscuridad, llamado Darkness.
Javier Pérez Espigares, sexto B
Zeus era el dios supremo del Olimpo,padre de los dioses y los hombres. Era hijo de Cronos y Rea y esposo de Hera. Se representaba armado del rayo y en la Iliada ayuda a los troyanos.
Para ser el dios supremo se reveló contra su padre.
Alejandro Díez y Jorge López.