
Soy un naranjo de unos cinco años y vivo en un patio con azulejos marrón anaranjado. Mi compañero es un limonero de la misma edad que yo, pero le tengo envidia por su grandiosidad, pues yo estoy enfermo.
En los cinco años que llevo plantado en el patio sólo he podido darles a mis dueños tres naranjas muy ácidas.
Un día escuché que una de las niñas le decía a su madre: "¿Por qué no quitamos ese naranjo y ponemos otro?"
Yo me puse muy triste pero afortunadamente no me quitaron.
Me gusta donde vivo porque tengo muchos amigos que me quieren: cactus, hierbabuena, rosales, etc...
Últimamente hasta las niñas juegan conmigo y me cuidan. El otro día ataron una cuerda a mi cuerpo y jugaron a la comba.
Yo me sentí muy feliz por poder participar en su juego. Me gustan mis dueños.
Elena Janssen Álvaro, 6º B